viernes, 19 de noviembre de 2010

New York Rises: Fotografías de Eugene de Salignac




Mi propuesta cultural a corto plazo, y no pienso posponerla como en otras ocasiones (ya iré, ya iré, y al final no voy), es la exposición temporal en el MUVIM titulada New York Rises: Fotografías de Eugene de Salignac. Que gran alegría poder disfrutar de Nueva York sin salir de Valencia.



No conocía a Eugene de Salignac. New York Rises me ha servido de excusa para adentrarme en su obra y viajar al Manhattan de principios del siglo XX. Nacido en Boston en 1861, trabajó en Nueva York como funcionario del Departamento de Puentes, Plantas y Estructuras durante las tres primeras décadas del siglo XX, se le encomendó la tarea de fotografiar el crecimiento y transformación a la modernidad de la ciudad. Más de 20.000 fotografías, localizadas en los Archivos Municipales, fueron lanzadas por su objetivo.

Los inicios del siglo XX vienen marcados por la construcción del primer rascacielos: El Flatiron Building (1902), ubicado en un solar triangular al que debe su forma. En 1913 finaliza la construcción del Woolworth Building que, con su ornamentación gótica, fue descrito en su día como la catedral del comercio. El Chrysler Building, diseñada en 1930, constituye una obra maestra del art-déco, con sus gárgolas plateadas y su aguja de acero. O el Empire State Building, construido durante la Gran Depresión, y que permaneció vacío durante años (de ahí su nombre).


Tres edificios públicos maravillosos son del primer cuarto del siglo: La New York Public Library, inaugurada en 1911, con los dos leones que vigilan su entrada en la Fith Avenue, la Grand Central Terminal (1913), impresionante su vestíbulo con el techo abovedado con las constelaciones del zodíaco, y el Metropolitan Museum, en el año 1926 se completó su espectacular fachada con su escalinata y sus columnas corintias.

Las fotografías de Salignac se centran en el periodo comprendido entre 1906 y 1934, en el que se produce la construcción de algunas de las infraestructuras que conforman la ciudad tal cual la conocemos hoy. Imponentes obras de ingeniería como el Puente de Manhattan o el Puente de Queensboro, construidos ambos en 1909,  o la red de metro, la primera línea subterránea se abrió en 1904. Y aunque la finalidad era el estudio de los aspectos técnicos de dichas construcciones, sus imágenes gozan de una estética propia de un artista que es capaz de plasmar los aspectos sociales y económicos que marcaron aquella época.














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